El acceso a la jubilación se ha vuelto un tema preocupante para muchos trabajadores que esperan con ganas el momento de retirarse de la vida laboral para disfrutar del tiempo de descanso. Sin embargo, en lugar de ofrecer mayor claridad sobre el cuándo, cómo y en qué condiciones pueden jubilarse, los continuos cambios en la normativa han generado confusión e incertidumbre, lo que preocupa a muchos. Y es comprensible. La jubilación no solo marca el fin de la vida laboral, sino también el inicio de la percepción de una pensión, fruto de una vida de contribuciones.
La jubilación, salvo en excepciones, sería impensable sin una pensión que respalde económicamente al trabajador una vez deja de estar en activo y de recibir un salario. Y el sistema de pensiones en España está diseñado para que el trabajador contribuya al Estado con una parte de su salario a lo largo de su vida laboral, asegurándose así un sustento durante toda su jubilación. Por ello, es esencial conocer los detalles específicos de la jubilación en cada caso personal, para evitar posibles complicaciones.
La reforma de las pensiones de jubilación
En 2013 se inició un proceso de reforma del sistema de pensiones, aprobado dos años antes, cuyo objetivo era incrementar de manera gradual la edad de jubilación en dos años. Hasta entonces, los 65 años constituían la edad oficial para que una persona pudiera retirarse y comenzar a percibir una pensión. Sin embargo, esta reforma dio lugar a un proceso en el que, año tras año, las condiciones para acceder a la jubilación han ido cambiando.
Esta reforma fue implementada por el Gobierno en respuesta a dos razones principales. Por un lado, el incremento en la esperanza de vida permite que las personas vivan más tiempo y en mejores condiciones. Por otro, el envejecimiento de la población resulta en un mayor número de personas mayores que dependen de una pensión, lo que plantea un desafío para el sistema de pensiones.
El problema radica en que, debido a ambos factores, el sistema de pensiones podría correr el riesgo de volverse insostenible, llegando a un punto en el que la cobertura de las pensiones de jubilación no sea viable. Por esta razón, el proceso de reforma, que culminará en 2027, modifica cada año dos criterios clave: por un lado, la edad legal de jubilación y, por otro, el número de años que el trabajador debe haber cotizado a la Seguridad Social para acceder a la pensión máxima.
Los nuevos cambios para la jubilación en 2025
Este proceso de cambio gradual en los requisitos para acceder a la jubilación se ajusta cada año. Esto es resultado, como mencionamos antes, de la reforma del sistema de pensiones implementada por el Gobierno en 2011, la cual establecía lo siguiente:
- Aumento gradual de la edad de jubilación hasta los 67 años en un periodo de transición de 15 años, iniciado en 2013 y que finalizará en 2027.
- Se mantiene la opción de jubilarse a los 65 años con el 100 % de la pensión siempre que se acredite un periodo de cotización que también aumentará de forma progresiva hasta alcanzar los 38 años y 6 meses.
- Aquellos que no cumplan con el periodo de cotización requerido también podrán jubilarse a los 65 años, aunque se aplicará un coeficiente reductor a la pensión.
- Se considera la interrupción laboral de padres y madres que cuiden a hijos menores de seis años, contabilizando como tiempo trabajado nueve meses por cada hijo o menor adoptado o acogido, con un máximo acumulado de dos años. Además, los tres años de excedencia por el cuidado de cada hijo o menor acogido contarán como periodo de cotización efectiva.
- Se contempla la jubilación anticipada para trabajadores que realicen labores de especial peligrosidad o penosidad.
- Se elimina la jubilación especial a los 64 años.
En este contexto, la gran pregunta es: ¿cuáles son los dos cambios que se implementarán en 2025 para la jubilación?
- El primero es un nuevo aumento en la edad legal de jubilación, que será de 66 años y ocho meses.
- El segundo cambio es que, para poder jubilarse a los 65 años, el requisito de cotización aumentará a 38 años y seis meses.